La ONU lleva años advirtiendo de que el hogar es el lugar de más riesgo para la vida y la integridad de las mujeres. De hecho, hasta hoy 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se han registrado en España 41 mujeres asesinadas por sus parejas y ex-parejas. Y desde que hay registros oficiales (año 2003) hemos alcanzado la cifra de 1074 asesinatos.

Este año la conmemoración se quiere centrar en la violencia ejercida contra las mujeres mayores, para hacernos conscientes de sus particularidades: la invisibilidad; la carga de un sistema patriarcal en el que debían pedir permiso a sus maridos para salir al extranjero, para trabajar o para abrir una cuenta corriente; la falta de autonomía económica en la mayoría de los casos; la falta de reconocimiento social de la violencia de género en su época; las condiciones de unas vidas dedicadas al completo al cuidado de las demás personas…
A pesar de que las mujeres mayores son diversas y no todas responden a un mismo perfil, se puede hablar de una especial vulnerabilidad asociada a la edad.
Violencia contra las mujeres mayores en 2020
Quince de las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de año tenían más de 50 años. Esta cifra supone el 36,6% de todas las mujeres víctimas mortales de crimen machista durante el 2020. Pero si analizamos estos porcentajes y los comparamos con las 1.058 denuncias interpuestas por mujeres mayores de 50 años, en el año 2019, constatamos que el colectivo de mayores supone algo menos del 5% del total de las denuncias.
La violencia contra las mujeres mayores esta invisibilizada, lo que lleva a preguntarnos por sus causas
Legislación patriarcal
La mayoría de las mujeres que hoy tienen más de sesenta y cinco años contrajeron matrimonio antes de cumplir 25 años, pero a todos los efectos fueron consideradas menores de edad. Hasta el año 1975 las mujeres debían obediencia al marido. Este deber de obediencia desapareció totalmente del Ordenamiento Jurídico Español en 1999, con la reforma del artículo 109 de la Ley de Enjuiciamiento criminal de 1999.
Hasta el año 1981 el marido era el administrador único de la sociedad de gananciales y la sociedad económico matrimonial en la separación de bienes, de forma que las mujeres sólo podían ser propietarias de los bienes heredados o aquellos que el esposo estaba dispuesto que se figurara a nombre de los dos. También hasta 1981 el marido tenía la patria potestad exclusiva, hasta el punto de que incluso podía dar en adopción a un hijo o una hija sin el consentimiento de la madre.
Estas y otras normas actuaron de forma muy relevante para controlar a las mujeres, y, como hemos podido apreciar, actuaron no solo en el espacio legal, sino en un imaginario patriarcal que continúa actuando más allá de los cambios en el ordenamiento jurídico.
Retrato escalofriante de la violencia contra las mujeres mayores
El “Estudio sobre las Mujeres Mayores de 65 años víctimas de Violencia de Género” de la Delegación de Gobierno para la Violencia de Género publicado en el 2019, habla de una doble discriminación, de género y de edad.
Según sus conclusiones las mujeres mayores experimentan discriminación de género en mayor medida que las mujeres jóvenes, y discriminación por edad en mayor medida que los hombres mayores. Esta doble discriminación está en la base de la invisibilidad de la violencia de género contra las mujeres mayores. Pero ¿Qué es lo que se invisibiliza?
- el 9% de las mujeres encuestadas no han ido nunca a la escuela,
- el 64,9% no han completado la enseñanza obligatoria; el nivel de estudios que se esperaba de la mayoría de ellas era que “fuera suficiente para mantener el hogar”
- muchas mujeres que estaban trabajando por cuenta ajena cuando contrajeron matrimonio, estaban obligadas a dejar su trabajo percibiendo una dote. En general las mujeres casadas solo trabajaban en casa o en empresas en las que no había hombres o estos eran muy pocos.
- el 40% ha sufrido violencia durante más de 40 años y el 27%, entre 20 y 30 años (la media de tiempo de todas las edades que una mujer verbaliza esta situación de maltrato son 8 años y ocho meses. Demasiado tiempo en ambos casos)
- el 70% de los hijos e hijas de las entrevistadas han presenciado agresiones
- tres de cada diez también fueron víctimas de agresiones, insultos, menosprecios e intimidaciones
- ocho de cada diez manifestaron que el maltratador las ignoraba y las trataba con indiferencia y aplicaba mecanismos de control y aislamiento.
- seis de cada diez señalaron que el maltratador les impedía tomar decisiones relacionadas con la economía familiar y/o realizar compras de forma independiente
- el 55% indicaron que no recibían dinero para los gastos del hogar
- el 41% dijo que él se apropiaba de su dinero
- el 34% que no la dejaba trabajar o estudiar fuera del hogar
- el 98% de las mujeres manifestaba sentir miedo
- el 46% de las mujeres entrevistadas estima que el riesgo de que su expareja cometa una nueva agresión contra ellas es alto o muy alto
- el 20% no le había revelado a nadie de su entorno la violencia que sufrían
- el 33% recurren a servicios de ayuda de cualquier tipo, como la médica, psicológica, social o legal, frente al 47% de las víctimas de menos de 65 años.
- cuando se les pregunta por los motivos por los que mantuvieron la relación a pesar de la violencia ejercida sobre ellas, la razón más señalada por las mujeres es la de «seguir vivas», ya que el 35% dijo haber tenido miedo a que la matara
- y también se refieren a la falta de apoyos para abandonar la relación: un 32% indicó que no tenía dónde ir si se marchaba de casa y pensaba que sus hijos o hijas sufrirían si se marchaba o separaba, y un 7% que su familia no la habría apoyado, si se animaba a dejarlo
- tres de cada diez indicaron que la violencia era aceptada por la sociedad en aquellos momentos, y que antes no había conciencia sobre esto como en la actualidad
El informe ofrece muchos más datos escalofriantes, y también pistas para desarrollar acciones, tanto para combatir esta lacra como para apoyar a las víctimas. Vamos a ver cuatro actuaciones que intervienen en este problema aportando su granito de arena.
Mil mujeres asesinadas. LAB RTVE

Este proyecto del Laboratorio de Innovación Audiovisual de RTVE se publicó en junio de 2019, fecha en la que se cumplía la trágica cifra de las 1.000 mujeres asesinadas por violencia de género desde que hay registros en España. Nació como un homenaje a las víctimas.
En ‘1000 mujeres asesinadas’ se da cuenta, no solo de la historia de cada persona, sino también del contexto, se analiza también, al detalle, los datos sobre violencia de género y aborda las condenas que recibieron los asesinos. El ciudadano además tiene un papel fundamental, ya que puede ayudar a completar la biografía de las víctimas.
Esta iniciativa recibió recientemente el Premio Ondas 2020 de Televisión como mejor contenido de emisión digital.
Si la escuchas, la verás. Solo una sociedad atenta puede detectar la violencia más oculta. EMAKUNDE (Euskadi).
Se trata de campaña de Emakunde (Instituto Vasco de la Mujer) para el 25N de 2020, que nace como fruto de un largo proceso llevado a cabo con mujeres de entre 55 y 79 años, y recoge los testimonios reales de siete mujeres que han sufrido durante muchos años violencias de diverso tipo.
De las siete, dos han sufrido, además de la violencia psicológica, violencia física. La elección del mensaje que se centra en acabar con su invisibilidad y con una llamada a la sociedad para que esté atenta a situaciones como las que ellas han vivido. La aportación de los testimonios no ha sido nada fácil para estas mujeres, pero todas ellas lo han hecho con el objetivo de “ayudar a otras mujeres”
Desde Emakunde se quiere contribuir a la detección de casos y a facilitar el acceso de estas mujeres a recursos especializados.
No vivas atrapada, estamos contigo. Cantabria
La campaña, también este 25N de 2020, dirigida a las mujeres mayores de 65 años, tiene como punto de partida el tiempo que soportan estas mujeres «en silencio» la situación de violencia. Su mensaje es claro nunca es tarde para cambiar de vida. “No podemos dejar a nadie atrás y menos a tantas y tantas mujeres mayores que sufren cada día”. Para ello quieren insistir en el acceso a los recursos y el acceso a sus derechos, y que cerca de ellas, en su ayuntamiento, los servicios sociales, los profesionales de la salud las pueden escuchar y ayudar
Dones Grans i Valentes. Mancomunitat de la Ribera Alta (Valencia)

Esta campaña de la Mancomunitat de la Ribera Alta quiere dar la voz a todas aquellas mujeres mayores de sesenta años, que sufren a diario una invisibilidad constante de su figura y de su papel en la sociedad. Han desarrollado seis píldoras audiovisuales, disponibles en las redes sociales que abordan seis características de violencia contra las mujeres mayores:
- La invisibilidad
- El aislamiento
- La precariedad
- La permanencia
- El silencio
- Acciones para empoderar
Reconocer la vulnerabilidad que pueden sufrir las mujeres mayores es una responsabilidad de todos, y nos ayuda a prevenir riesgos de discriminación, tal como plantea el artículo EL DECENIO DEL ENVEJECIMIENTO SALUDABLE (2020-2030).