El dolor y la manera en que se afronta es diferente para cada persona, la edad es un factor determinante a la hora de abordar el tratamiento del dolor de espalda

El dolor crónico es común entre la población que envejece. Según un estudio realizado en Estados Unidos, el 57% de los mayores de 65 años presentan dolor crónico. Además se han registrado informes de un 35 a 48% de mayores que experimentan dolor a diario subiendo esta prevalencia a un 85% en ingresados en residencias.
El tipo de dolor varía con la edad, así como la forma en que se aborda su tratamiento. El fisioterapeuta Pablo de la Serna explica que «las personas jóvenes lo padecen de manera ocasional y presentan una gran capacidad de recuperación, mientras que los adultos tienen dolor de espalda de manera recurrente y les preocupa su evolución futura; las personas mayores entienden el dolor –crónico, en su caso- como una batalla a largo plazo»
Por mucho que las personas se cuiden, lleven una vida sana y tengan unos hábitos saludables, la actividad diaria acaba afectando a la espalda. El dolor incapacita y afecta no solo físicamente, sino también mental y emocionalmente y acaba por influir en las relaciones sociales y en la calidad de vida.
Pero, ¿todas las personas sufren el mismo tipo de dolor? ¿lo afrontan del mismo modo? Es obvio que existe un componente personal, físico y subjetivo a la vez, que hace “sentir” la intensidad del dolor de forma distinta según cada individuo. Y también está claro que cada uno lo maneja según su experiencia, capacidad y estilo de vida. Aun así, existen unas causas y actitudes comunes en función de la edad ante el dolor, en el caso de personas que no presenten ninguna patología específica previa.
Distintas edades, diferentes causas y actitudes ante el dolor
“En el caso de las personas adultas, el sufrimiento físico y a menudo recurrente que provoca el dolor de espalda es mayor”, afirma de la Serna. Generalmente, también a causa de sus responsabilidades profesionales y familiares, experimentan un impacto más multidimensional del dolor en sus vidas y a menudo muestran preocupación por la evolución futura de su condición, así como una fuerte necesidad de tranquilidad, equilibrio emocional y relajación.
La complejidad aumenta en el caso de los mayores, por actividades físicas incorrectas o extremas realizadas durante años. Para ellos, según el experto en terapia de calor, “manejar el dolor, en muchos casos crónico, es una batalla a largo plazo, donde la prevención cobra un papel fundamental en su estilo de vida: buscan el apoyo de la fisioterapia y realizan cambios en la dieta para mantener el peso bajo control con el fin de mejorar la calidad de vida y aliviar la intensidad del dolor a largo plazo”. Su objetivo principal es mantener el dolor a niveles soportables y evitar que se agrave.
Para las personas jóvenes, la aparición del dolor musculoesquelético suele ser una sorpresa desagradable, ya que no se espera que aparezca, por lo menos, hasta a partir de los 30 años. “En estos casos, el dolor se atribuye generalmente a factores externos, como el estrés postural, el movimiento repetitivo o los excesos al hacer ejercicio o cargar peso a menudo”, explica el fisioterapeuta y experto en terapia de calor Pablo de la Serna.
Terapia de calor, para tratar el dolor

Para Pablo de la Serna, “la terapia de calor es recomendable en todos los casos, especialmente en personas reacias a tomar medicación o como complemento a esta”. Los efectos del uso de parches de calor “sobre las vértebras cervicales, lumbares, dorsales o en las muñecas son múltiples: el aumento del flujo sanguíneo, el alivio del dolor y la relajación de los músculos. Por todo ello, mejora de forma muy satisfactoria la calidad de vida de las personas y tiene un impacto tanto físico, como emocional y social”, concluye el experto.
Hay parches como los de ThermaCare® realizado en material suave compuesto de ‘células térmicas’ que contienen ingredientes naturales (hierro, carbón, agua y sal) que se calientan cuando entran en contacto con el oxígeno del aire liberando un calor constante de 40º durante 8 horas. El parche terapéutico ThermaCare® está diseñado para proporcionar un calor relajante que alivia el dolor muscular y articular producido por sobrecargas, distensiones, esguinces y artritis. Además, su utilización también se recomienda en caso de cansancio, o tensión muscular.
La terapia de calor se utiliza desde hace mucho tiempo para el alivio de los dolores musculares y de las articulaciones. El calor prolongado y constante relaja los músculos y aumenta el flujo sanguíneo de los tejidos produciendo efectos analgésicos. Al mismo tiempo, estimula las terminaciones nerviosas que son sensibles a la temperatura, interrumpiendo el proceso de transmisión del dolor.
Ya hemos comentado que el dolor es una afección grave y físicamente debilitante que afecta a las actividades de la vida diaria y a las relaciones sociales, a menudo viene acompañada de angustia emocional, ansiedad y depresión. Así que contar con productos alternativos a los medicamentos clásicos como el Paracetamol o el Ibuprofeno para su tratamiento, tiene ventajas importantes como la ausencia de efectos secundarios al no contener medicamentos, su duración es prolongada y es muy fácil de usar.
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