
Limpiar es un término demasiado común que significa diferentes cosas para diferentes personas. La definición de limpieza para un niño pequeño puede significar limpiarse los dientes el tiempo que dura una canción antes de irse a la cama. Limpiar la cocina puede interpretarse simplemente como lavar los platos y recoger las sobras.
Del mismo modo hay distintas definiciones de limpieza, higiene y desinfección de acuerdo con el contexto de uso. Interpretamos cada una de estas palabra de forma muy diferente en los hogares, las escuelas, las empresas o los espacios públicos. De hecho las autoridades competentes en cada materia (desde salud pública a alimentación, transporte, u otras) establecen normas muy concretas para cada situación, y pueden llegar a definir hasta el nivel de contaminación microbiana que puede quedar en una superficie después de ser tratada.
Sin tener que convertirnos en profesionales del tema, puede resultar útil aprender a distinguir como aplicar estos términos en nuestra vida doméstica. Te ayudarán a entender mejor las etiquetas de los productos de limpieza que estás utilizando y a valorar si proporcionan el nivel adecuado de higiene que puedes necesitar cuando alguien en casa enferme o tenga el sistema inmunológico debilitado.
LIMPIEZA
La limpieza consiste en eliminar los restos visibles, la suciedad, o el polvo y organizar un espacio. Para limpiar una superficie se utiliza jabón o detergente y, normalmente, agua con el fin de eliminar la suciedad y los gérmenes mediante una acción química (limpiar), mecánica (fregar) o térmica (agua caliente).
La limpieza puede matar las bacterias y gérmenes, o no llegar a hacerlo, pero reducirá su número y ayudará a disminuir el riesgo de propagación de microbios infecciosos.
HIGIENE
Cuando un producto afirma que es higiénico en una superficie o estancia (cocina, baños, cerámica, superficies metálicas, etc.), esta diciendo que va a librarla de gérmenes que podrían ser perjudiciales para la salud, de acuerdo con las normas o requisitos de salud pública. La higiene reduce, pero no elimina totalmente, el número y el crecimiento de bacterias, virus y hongos.
La higiene es particularmente importante en las zonas de preparación de alimentos donde los gérmenes y los hongos pueden causar enfermedades transmitidas por los alimentos.
Es posible que no se necesiten productos químicos si has lavado los utensilios de cocina en el lavavajillas dado el calor que alcanzan algunas de sus fases (70-80 grados). También puede ser útil un vaporizador para acabar con las bacterias.
DESINFECCION
La acción de desinfectar elimina los organismos microscópicos (gérmenes, virus, hongos) de las superficies. La desinfección se logra generalmente utilizando productos químicos, aprobados por las autoridades, que matan los organismos y evitan que se propaguen.
Un método muy eficaz de desinfección son los rayos ultravioleta de onda corta (UV-C), que destruyen el ADN de las bacterias y los gérmenes dejándolos incapaces de dañar o reproducirse. Se trata de la misma tecnología que se usan en las salas quirúrgicas de los hospitales para ayudar a matar a los superbichos. Ya existen soluciones para uso domésticos para todos los bolsillos.
La desinfección no elimina necesariamente la suciedad visible o los desechos de una superficie, y es mejor si se realiza primero una limpieza básica.
¿DEBERÍA LIMPIAR, HIGIENIZAR O DESINFECTAR?
La limpieza debe ser un proceso rutinario que se realiza a diario, semanalmente, mensualmente y de manera específica por cambio de estación, o cuando lo requieran las circunstancias. La limpieza básica mantiene el orden, reduce el crecimiento de organismos potencialmente dañinos, ayuda a mantener las plagas bajo control y, no lo olvides, protege la inversión que has hecho en tu casa.
La higiene es importante para la salud y muy relevante en las superficies de uso común como encimeras, manillas de puertas, interruptores de luz, y cualquier superficie que entre en contacto con fluidos corporales. Si tuvieras que priorizar, es mucho más importante mantener la higiene en la ropa de cama y la ropa interior que en camisas, chaquetas o pantalones.
La desinfección siempre debe hacerse cuando alguien en el hogar está enfermo o su sistema inmunológico se ha debilitado. En este caso es necesario seguir las instrucciones de los fabricantes de los productos para acabar con los microorganismos. Si el producto no se usa correctamente, el resultado puede ser una falsa sensación de seguridad.
CONSEJOS PARA UNA LIMPIEZA, HIGIENE Y DESINFECCIÓN ADECUADAS
Hacer de la limpieza un hábito cotidiano
No vamos a revelar ningún secreto diciendo que la mejor manera de proteger a tu familia de enfermedades infecciosas es recordar lo que nos decían nuestros mayores «limpiar tu casa a menudo».
Después de lavarnos las manos, la siguiente mejor manera de proteger a nuestra familia es limpiar las encimeras, las mesas, las manillas de las puertas, los interruptores de la luz y las superficies comunes con un paño de microfibra sumergido en una solución de agua caliente y un limpiador multiusos dos veces al día.
Añadir productos sanitarios y desinfectantes cuando alguien esté enfermo
Si alguien en tu casa está enfermo, tiene el sistema inmunológico debilitado o hay un virus en tu entorno (como ahora el COVID-19), añade productos desinfectantes a la rutina de limpieza habitual.
Leer las etiquetas y seguir las instrucciones
Casi todos los productos de higiene y desinfectantes, incluidos los paños de microfibras, deben permanecer en la superficie a desinfectar durante cuatro a diez minutos para matar eficazmente los gérmenes y las bacterias. Se debe utilizar una cantidad suficiente para mantener la superficie húmeda durante todo ese tiempo y luego dejar que se seque al aire.
Usar productos de limpieza con precaución
No hay que mezclar los productos químicos al limpiar. La lejía es un excelente desinfectante, y el amoniaco es un excelente limpiador, pero cuando se mezclan producen un gas tóxico que puede causar daño pulmonar o la muerte. Hay que mantener siempre una ventilación adecuada cuando se utiliza cualquier tipo de producto de limpieza.
Conviene utilizar gafas y guantes de protección cuando se utilizan productos químicos fuertes. Y lavarse siempre las manos con jabón y agua tibia después de manipular prendas sucias, vaciar recipientes de residuos y usar cualquier producto de limpieza.
Usar cada artículo o superficie con el producto de limpieza que le corresponde
Los aparatos electrónicos como los mandos de la tele, los móviles, o los teclados son algunos de los artículos con más gérmenes de nuestra casa. El calor de los dispositivos anima a las bacterias a salir y multiplicarse. Pero estos artículos no se pueden limpiar con jabón, agua y lejía.
Consulte las instrucciones de limpieza del fabricante y utilice un paño desinfectante o un paño con alcohol.
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NOTA
Es preocupante el uso excesivo y creciente de desinfectantes. Numerosos estudios han encontrado que el uso excesivo de algunos productos desinfectantes está creando microbios que son resistentes a determinados desinfectantes o que se convierten en superbichos. Los productos desinfectantes sólo son necesarios en zonas de alto contacto común y cuando alguien en el hogar está enfermo.