La presbicia aparece a partir de los 40 o 45 años, mientras que la miopía nos suele acompañar desde edades muy tempranas.

A lo largo del artículo vamos a ver cómo a veces la presbicia puede aparecer asociada a la miopía.
Defectos refractivos del ojo
Los defectos refractivos son diversas patologías que dificultan al ojo para enfocar en la retina las imágenes del exterior, lo que hace que veamos las cosas borrosas.
Hablamos de cuatro diferentes patologías: miopía, presbicia, astigmatismo e hipermetropía. En este artículo nos vamos a enfocar en la presbicia y la miopía.
Qué son la presbicia y miopía
El cristalino es la parte del ojo tiene que cambiar constantemente su forma para poder enfocar las imágenes de los objetos, según la distancia en que se sitúan. La presbicia genera dificultad para ver bien definidos los objetos cercanos. La causa de la presbicia es la progresiva pérdida de la capacidad de enfoque por la disminución de la elasticidad del cristalino, que se va perdiendo a medida que la edad progresa.
La presbicia es un proceso degenerativo común que aparece con la edad, por lo que la mayoría de la población convive con ella. Un ejemplo muy típico es la progresiva dificultad para la lectura.
Habitualmente, sobre los 65 años se ha perdido una gran parte de la elasticidad del cristalino, por lo que la visión tiende ya a estabilizarse.
Por otro lado, la miopía se desarrolla en la infancia o juventud, aumentando la distancia entre la córnea y la retina, lo que hace necesario usar algún tipo de lentes correctoras (gafas o lentillas) para poder compensar la agudeza visual de lejos. Afortunadamente, conforme pasan los años la miopía se estabiliza, A partir de los 18 años la miopía se suele ir estabilizando progresivamente.
Síntomas de la presbicia y miopía
El síntoma principal de la presbicia es la disminución de la capacidad de ver cosas de cerca, lo cual puede ocasionar fatiga ocular y/o dolores de cabeza a largo plazo.
El síntoma de la miopía es la visión borrosa de las cosas lejanas, pudiendo asimismo provocar fatiga visual o dolor de cabeza.

Gafas para presbicia y miopía
La presbicia nos obliga a utilizar gafas o lentes de corrección para poder apreciar de forma nítida los detalles de los objetos o la lectura desde una distancia cercana. Mientras que la miopía necesita corrección (gafas o lentillas) para mejorar la visión lejana.
La miopía puede ser capaz de compensar parcialmente la presbicia. Un ojo con presbicia (pero sin miopía) necesita para enfocar entre 1,5 y 3 dioptrías. Por ello, si tuviera además una miopía de entre 2 y 3 dioptrías, podría en gran parte compensar la presbicia, ya que el ojo miope tiene capacidad para ver bien de cerca.
Si tienes presbicia y miopía se necesitan dos tipos de gafas, las de cerca y las de lejos o bien gafas progresivas. También es habitual utilizar lentillas de forma continua y además gafas únicamente para leer.
Operar presbicia y miopía a la vez
La cirugía refractiva consiste en corregir quirúrgicamente los defectos refractivos del ojo. Su objetivo principal es que los pacientes no tengan que utilizar gafas ni lentillas, mejorando así su calidad de vida.
Esta cirugía, que elimina la dependencia de gafas y lentillas, utiliza una variedad de técnicas según las características de cada caso particular. Sin embargo, en ocasiones, puede no ser aconsejable operarse.
Así, hay personas que se operan de la miopía y la presbicia al mismo tiempo. Para ello, hay centros oftalmológicos especializadas para realizar una intervención conjunta. Los tratamientos más comunes son estos:
- Monovisión con cirugía láser en la que se talla la córnea de ambos ojos, de una forma en la que uno enfoque la visión de lejos y el otro de cerca. El cerebro se adapta de una forma natural sin perder la visión binocular.
- Implante de lente multifocal. La operación es similar a la de cataratas, ya que se reemplaza el cristalino por una lente multifocal, permitiendo que el ojo pueda enfocar de lejos y de cerca.
- Láser de Femtosegundo, que se aplica en la presbicia. Esta técnica con láser es la forma más innovadora de operación, ya que reduce el tiempo de recuperación y consigue una mejor visión, incrementando también la seguridad de la operación.
¿Cuándo operarse de la vista?
Es muy probable que la mayoría de las personas, aunque no tengan un problema de refracción, acaben padeciendo vista cansada (presbicia) con la edad. Además, hay que tener en cuenta que una buena parte de personas con miopía acabarán teniendo también presbicia.
La cirugía refractiva está indicada para mayores de 18 o 20 años, que cuenten con una graduación estable desde al menos dos años. Estando contraindicado en los menores de edad. Además, un requisito es que el grosor corneal sea el mínimo adecuado y no padecer otras patologías que desaconsejen la operación.
Tampoco se aconseja a las personas miopes o hipermétropes que se operen de la cirugía refractiva a partir de los cuarenta años, ya que, a esa edad se acerca a los inicios de aparición de la presbicia, lo que puede traer problemas en el futuro.
El mejor momento para operarse de la vista es cuando la graduación está estabilizada y el uso de gafas o lentillas es un inconveniente como puede suceder, por ejemplo, al hacer deporte.
Como se ha podido ver, si bien la presbicia y la miopía tienen causas y síntomas diferentes, pueden ser coincidentes y padecerse conjuntamente.
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